La extorsión, especialmente desde el interior de las cárceles, se ha convertido en un flagelo que ha tomado fuerza por su forma de ejecutarse. Los delincuentes se arman en estructuras manejables, con poco seguimiento y con mucha intimidación a sus víctimas logran en algunos casos su objetivo. Este masivo delito pretende ser combatido por el Gaula Militar Élite, que articulado con otros gaulas, llegó recientemente a Sincelejo y a la subregión de los Montes de María para prevenir el secuestro y atacar la extorsión.
Una primera tarea de este grupo militar es obtener la confianza de los ciudadanos que, en ocasiones, por miedo no denuncian y terminan siendo víctimas fáciles.